Matías Cena & Los Fictions - El Vuelo de Albatros (2013)



Exhibir una disciplina musical ajena, como lo es el country, en una escena no tan amplia como la nuestra, debe ser el paso más difícil para una banda con un sentido estilístico tan marcado como lo son Matías Cena y Los Fictions. No obstante, salieron airosos de tamaña audacia.

“Arauco Cajún (2012) respetaba los códigos del género, pero al mismo tiempo daba lugar a una interpretación que se situaba bajo una visión local, sin inclinarse demasiado por ninguna de estas dos premisas y manteniéndose en un fresco centro que nutría de sensatez a un disco propositivo en todo el sentido de la palabra.

¿Y luego de eso qué? Pues, apuestan nuevamente y lanzan un LP en que amplifican la paleta de colores y el decantamiento por el country se ve disminuido (en cantidad) agregando más variaciones y tonalidades. 

Con mayor presencia de estilos musicales como el folk y pop-rock, entre otros, dan rienda suelta y oxígeno a su música; el asunto acá es avanzar siempre y no cortarse las alas uno mismo por querer repetir fórmulas. Matías Cena lo entiende bien y llena de recovecos y melodías entrañables cada uno de los pasajes de “El Vuelo de Albatros”.

El disco abre con ‘Intro’, una especie de preludio en que Humberto Maturana (biólogo) recita algunos extractos de la “Carta a la Tierra”. Una introducción que guarda mucho del mensaje que se esconde entre canción y canción. Un manojo de sutilezas camufladas que conforman un llamado de atención para retomar esa conciencia de mundo y abandonar un poco la individualidad. A veces, es más directa e ingenua como en “These Signs: Cantando A La Primavera” , pero el mensaje se esconde ahí, sin ser tan odioso o literal.

‘El Vuelo Del Albatros’ (canción) hace gala de signos que recuerdan la limpieza del pop-rock. Aunque empujada la mayoría del tiempo por una huella sónica que guarda mucho de rock británico espacial. La cuota de Folk la ponen la perfecta ‘Perro De Caza’ y la brumosa ‘1987’ que en sus líneas nos trae a la mente esa grisácea urbanidad en la que se camina día a día.

‘Stichometría’ se inclina por el country en una jugada que refrenda ese espíritu tragicómico del género. Lo lúdico de los sonidos se entrelaza –generalmente- con narraciones llenas de miseria. Y así como en su anterior disco, el banjo, acá toma protagonismo.

‘El llamado de Malatesta’, por su parte, se convierte en su mejor pieza, ya que su construcción lírica llena de imágenes emocionales mientras la delicadeza del folk-country y la voz, orquestan una cálida ejecución. Una pieza que justifica, en sí misma, todo un LP sin problemas.

El resultado llega a ser tan emocionante que cuando acaba ‘Clementina’ estamos seguros que paseamos por entre enredaderas de buganvillas.

El jugar en un lugar seguro parece no estar en los planes de esta agrupación por el momento. Se armaron su nicho a pulso y ahora lo explotan e incluso arriesgan más que antes. Dicen que en la variedad está el gusto y este vuelo lo reconfirma. Una mezcla de porciones variadas e inquietantemente buenas. Mantiene e incluso supera a su hermano mayor, sin temor a volar más alto que él en ningún momento.

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