Jack White - Lazaretto (2014)



La llegada del segundo disco solista del hombre tras Third Man Records arriba en un instante extraño en que la imagen que ha propagado de sí mismo durante los últimos meses se ha extrapolado con exageración fuera de los territorios de lo meramente musical.

Estuvo envuelto en una rencilla contra Dan Auerbach, vocalista de The Black Keys, contra quien dirigió palabras poco amables en cuanto a la originalidad de su obra, prácticamente acusándolo plagio. Resultan dichos algo peregrinos viniendo de alguien que ha hecho uso de las raíces del blues y el garage para edificar su propia obra, lo que nunca le aseguró la exclusividad de esta explotación. Es en extremo difícil quedar fuera de la influencia, aun cuando se sea pionero.

Fue una previa extraña para lanzar un disco, aunque -favorablemente- este clima no consigue empañar una entrega sólida y con el claro sello del oriundo de Detroit, por más que a veces esta marca no parezca explorar lejos de limites autoimpuestos. Con esto se hace necesario realizar dos preguntas: ¿Qué Tanto se le puede exigir a Jack White en innovación? ¿Qué tanto más podría reinventarse?

Evidentemente siempre se requiere un poco de factor sorpresa a la hora de un lanzamiento: más allá de mantener el nivel, lo que hace a un nuevo elepé trascendente es su capacidad para dar un poco más que su predecesor, o bien entregar calidad por un camino distinto. Lo de Jack White en esta placa obedece en mayor medida a lo primero, pero sin sorprender, solamente solidificando lo hecho en "Blunderbuss" (2012). Y si mirásemos ese álbum bajo esos estándares, "Lazaretto" es el decantamiento natural de esta nueva ruta.

Nada de la suciedad habitual de su etapa temprana se puede visualizar con facilidad acá. Lo más próximo tal vez sea el portentoso acto de apertura a cargo de ‘Three Women’ en que la potencia no se ve limitada a las guitarras, sino a lo itinerante de los pianos y los arreglos más al detalle. Una fórmula que se ve condensada en la portentosa ‘Would You Fight For My Love?’, una de esas canciones que debiesen pasar directamente al repertorio definitivo de White. Y es que la apuesta corre por esos lados: pasearse por todas las posibilidades que le ofrece el blues y agregarle ese toque desgarbado, que por leve que sea, sigue diciendo presente. Con ‘Temporary Ground’ volvemos a desembarcar en el folk más suave, menos impetuoso y mucho más armónico. Como una reminiscencia a ‘Hotel Yorba’ pero templado por el tiempo.

‘Alone In Home’ y ‘Entintlement’ perpetúan esa armonía crepuscular y algo bucólica, aunque un tanto más inocentona. Por su parte ‘Just One Drink’ acelera el pulso en una de esas minoritarias ocasiones en que el ritmo parece ascender, al menos hasta que los cuervos de ‘Want And Able’ hacen acto de presencia y desvanecen el disco en una singular calma.

Una apuesta segura tanto para el oyente como para el artista. Al fin y al cabo, con paranoias y demases Jack White sigue siendo un gran compositor, quizás no el dueño del estilo, pero si quien mejor lo conoce. Y eso se nota en la paleta ofrecida por "Lazaretto"; un disco que cuaja el proyecto.